e-ABC Learning

“Debemos trabajar en la integración de la tecnología con nuevos modelos de enseñanza y aprendizaje. La tecnología por sí sola no supone un modelo de enseñanza”

Entrevistamos a la experta argentina en educación a distancia y nuevas tecnologías en educación, Alejandra Zangara, quien se desempeña como Directora de Educación a Distancia y Tecnología aplicada en Educación, en la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata. Asimismo, está colaborando con e-ABC Learning para potenciar el desarrollo de proyectos de e-learning y blended learning.

 

¿La clave de la incorporación tecnológica en los procesos educativos hoy está en dar respuestas adecuadas al modelo pedagógico de cada institución?

La tecnología debe estar incorporada desde el modelo institucional y pedagógico. La incorporación de tecnología pensada desde el artefacto resulta, a la vez, fragmentada y reduccionista. Es muy difícil impactar el modelo de enseñanza de una Institución desde la única y solitaria acción de la tecnología. Hay que diseñar (o explicitar) el modelo de enseñanza que se sostiene, para luego integrar estos principios con la estrategia de herramienta/s que sea más conveniente y efectiva para la Institución. Esto es teniendo en cuenta el tipo de institución, sus necesidades y estrategia.

 

¿Qué recomendaciones puede hacer al respecto?

En el campo de la educación, la formación y la Tecnología Educativa es muy difícil dar recomendaciones en abstracto, fuera de una casuística en particular. Pero diría que la planificación debe comenzar con la decisión política (y económica) de un proyecto interdisciplinario sostenido, que incluya el trabajo desde dentro y fuera de la Institución, integrando talentos internos con consultores o expertos que provee el mercado (que, en Argentina son muchos y muy buenos). La decisión y la idea es lo primero, luego el plan. Y en el plan destacaría la definición de un modelo de enseñanza que articule el uso de la tecnología.

 

 

Carlos Biscay, CEO de e-ABC Learning, sostiene que la independencia tecnológica es un factor determinante para apoyar estrategias pedagógicas con eficiencia. ¿Qué consideraciones puede hacer al respecto?

En concordancia con la idea anterior, el sostenimiento de las estrategias de trabajo resulta central a la hora de pensar la enseñanza con tecnología. La tarea de formar, de enseñar, es cada vez más una tarea de equipo, de diferentes lógicas disciplinares. Los medios y sus lenguajes crecen, se integran en nuevas narrativas, que acompañan nuevas maneras de entender y operar sobre el mundo. En este escenario cambiante y siempre incierto, la independencia tecnológica (desde el manejo de los programas, los derechos de uso y el conocimiento para usar e innovar) resulta fundamental para planificar estrategias con el mejor uso posible de las tecnologías.

Deberíamos pasar de asesorar sobre las herramientas a acompañar integralmente el proceso de cambio que se media a través de tecnologías. Esto implica estrategia, diseño, capacitación, seguimiento, evaluación.

 

Entre las seis tecnologías emergentes que tendrán un impacto significativo en la educación superior de todo el mundo, el reporte Higher Education – Horizon Report 2017 menciona a la Inteligencia Artificial (IA), la Realidad Virtual, el blended learning y la analítica de aprendizaje. ¿Cuál cree que será el impacto que tendrán estas tecnologías durante los próximos dos años?

De los nuevos conocimientos informáticos y las estrategias que menciona, la que está más instalada es el blended learning, entendiéndolo como una hibridación de las modalidades de enseñanza presencial y a distancia. Así, en cada situación de enseñanza se deberá definir, como en una alquimia, qué porcentaje de encuentros presenciales, virtuales, uso de un EVEA (Entorno Virtual de Enseñanza y Aprendizaje), materiales de enseñanza y otros escenarios complementarios deberán usarse.

La Realidad Virtual y la Realidad Aumentada están comenzando a aparecer de manera granular en algunas experiencias de enseñanza e investigación. Si uno analiza qué se investiga en Argentina en el área de educación y TICs, cada vez con mayor peso aparecen estos temas. Ahora bien: ¿se trata de proyectos educativos a largo plazo? ¿Se nota el apoyo institucional detrás de estas experiencias? Aún no. Podríamos decir que son experiencias áulicas, intervenciones puntuales, promovidas por la necesidad de innovar de los docentes y que trascienden el aula formal. Aún debemos profundizarlas y modelizarlas para integrarlas a nuestros modelos de enseñanza. En este sentido, el aval y apoyo institucional resultan fundamentales.

En cuando a la analítica de aprendizaje y data mining, se están instalando trabajos con grandes cantidades de datos a nivel institucional: las universidades están tomando las bases de datos de alumnos (que tienen informatizadas prácticamente todas las universidades del país) para conocer mejor a sus ingresantes y tomar decisiones a futuro. Por ejemplo, encontrar patrones de información que permitan anticipar desgranamiento en el primer año de estudio. Lo interesante de estos proyectos es que se articulan con proyectos de intervención, que intentan anticipar decisiones estratégicas para frenar el fracaso y la deserción, en el caso mencionado. No podría decir que haya cambios significativos que puedan visualizarse a nivel social en dos años, pero si en los próximos cinco.

 

Antonio Orbe, experto en inteligencia artificial y Director del Máster en Dirección de Empresas Digitales de LIDlearning y La Salle International Graduate School, sostiene que los usuarios entrenamos a las computadoras sin saberlo, de tal forma que al final se produce una democratización del conocimiento. ¿Qué opina al respecto?

La relación entre la computadora y la persona como dos “entidades” inteligentes fue planteada, desde el campo de la Psicología, a principios de la década del ’90. Fue un artículo de Gavriel Salomon y otros [1] que comenzaba con la idea de que: “Utilizar un ordenador supone una simbiosis de nuestra inteligencia con una herramienta externa sin la cual la mente contaría sólo con sus propios medios y no funcionaría igual. Por otra parte, algunos de los procedimientos de uso del ordenador pasan de hecho a interiorizarse, a incorporarse autónomamente a la mente”. En este sentido, podríamos decir que la interactividad persona-computadora es la comunicación entre dos conocimientos. Cada vez existen más desarrollos (a nivel de software) que integran estos dos formatos de “inteligencia”.

Aunque decir que esta situación democratiza el conocimiento nos obliga a definir qué es democratizar: si bien la tecnología digital ha pasado su curva de acceso y está instalada (y con los precios a la baja, sobre todo con las últimas decisiones del gobierno) no podemos decir que exista un estado de democratización del conocimiento necesario para sacar provecho de la tecnología. Si bien estamos en la era del conocimiento, podríamos decir que la brecha más grande que existe se da a nivel de conocimiento y competencias para este nuevo mercado. Recuerdo ahora un enorme profesor que tuve en la Maestría del Centro de Estudios Avanzados de la UBA: Ricardo Ferraro [2]. El decía: “la brecha que genera la tecnología, no se resuelve con más tecnología. Se resuelve con formación y trabajo para apropiarse del cambio”.

 

¿Cuáles son los nuevos escenarios de enseñanza y aprendizaje, en educación abierta y a distancia?

Creo que estamos en una época de consolidación del uso de los Entornos Virtuales de Enseñanza y Aprendizaje. e-ABC Learning tiene muchísimas experiencias de Instituciones educativas, empresas, ONGs y organismos del Estado que usan los entornos como espacios de consolidación de material institucional (repositorios) y comunicación.

Si bien eso es una realidad contrastable, es menos cierto que estén abolidos o modificados los modelos de enseñanza que responden al paradigma tradicional: hay que llenar de información a alguien que no la tiene. Eso puede parecer hasta ingenuo en la era del conocimiento, pero el modelo continúa siendo esencialmente el mismo.

En eso tenemos que trabajar: en la integración de la tecnología en nuevos modelos de enseñar y aprender, que reflejen mejor las teorías cognitivas y constructivas centradas en la persona que aprende y en la relación con su entorno; en el diseño y desarrollo de nuevos ambientes personalizados: aula invertida, PLE, Entornos inmersivos. Y aún más: realidad aumentada, realidad virtual, interacción tangible, computación afectiva. La tecnología está madura pero no así su integración en contextos particulares. Los proyectos no tienen, aún, la escala suficiente como para instalarse y extenderse.

 

En el contexto actual de creciente interactividad y con un protagonismo cada vez mayor del machine learning. ¿Cómo deberíamos capacitar a los formadores y tutores para que puedan conducir con éxito un proceso de e-learning?

Podría decirte que cuanto más trabajo en cuestiones avanzadas de la informática y la educación, más refuerzo la idea de la persona como eje central del proceso de formación. Por supuesto que la tecnología digital proporciona ventajas enormes, pero a tu pregunta de la conducción de un proceso exitoso de e-learning, te diría que las condiciones que nos hacen personas prevalecen. Los aspectos afectivos del aprendizaje: motivación, disciplina, orden, solidaridad, empatía, afectividad. Hay avances enormes de la Inteligencia Artificial para desarrollar agentes inteligentes y personalizados: una especie de tutor electrónico que esté siempre dispuesto a ayudar a un estudiante online, de acuerdo con sus necesidades y su performance. Esos proyectos avanzan, a pequeña escala y en condiciones de prueba piloto. Entonces, debemos concentrarnos en capacitar al tutor y formador humano, para acompañar los procesos de aprendizaje individuales y coordinar los espacios grupales y colaborativos. Debemos recordar que el proceso de enseñanza y aprendizaje electrónico es mediado por las computadoras e Internet, pero debemos llegar al componente afectivo que nos hace aprender.

 

¿Cuáles son las mejores prácticas para diseñar prácticas educativas digitales?

Las prácticas deben estar guiadas por el modelo pedagógico que sostiene la Institución. La tecnología por sí sola no supone un modelo de enseñanza. Entonces, la mirada debe ser filosófica, didáctica, comunicacional y luego tecnológica. Ahora, también es necesario tener en cuenta que la tecnología presenta su propia visión del mundo, Ya Marshal Mc Luhan, en los años ’30, advertía que “el medio es el mensaje”. Si bien la incorporación de tecnologías debe estar guida por un modelo pedagógico integrador, este modelo desde ser consistente la tensión que genera la tecnología en estos espacios y debe decidir y planificar cómo trabajar con ella. Otra vez el tema de las competencias.

 

¿Cuáles son los temas críticos en la incorporación de nuevas tecnologías de la información y la comunicación a los diseños curriculares?

Ahí te diría que la variable institucional es central. Tanto en los espacios escolares como fuera de la escuela, la institución debe tomar la decisión política y económica de esta incorporación, sostener los equipos de trabajo, darle recursos, formarlos y evaluarlos. La incorporación de la tecnología (como contenido, competencia y herramienta) en los diseños curriculares de las carreras es un tema interesante, de amplio debate y central a la hora de decidir una escuela que acompañe esta época.

 

Muchos especialistas están refiriéndose a la necesidad de educar para la empleabilidad. ¿Qué deberán hacer al respecto las instituciones educativas?

Haciendo una rápida búsqueda de las principales competencias (transversales a todas las profesiones) que se requieren en la actualidad para tener empleabilidad, se pueden consultar las recomendaciones de la OEI (Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) [3]. Se mencionan algunas competencias que convierten a un profesional en altamente empleable y lo califican para mejorar su carrera profesional. Son las siguientes: flexibilidad, empatía, resiliencia, autoconocimiento, posibilidad de actualización, aprendizaje independiente.

Entonces, un profesional, que sale de una Universidad, se pregunta: ¿qué es lo próximo que debo aprender? ¿Existe alguna institución o espacio donde se enseña lo que necesito? ¿Es suficientemente confiable el lugar o persona que enseña lo que necesito aprender? ¿Cuánto debo aprender de esa nueva competencia o contenido? ¿Puedo aprenderlo sol@ o necesito un grupo de referencia?

En este campo, se integran a las ya conocidas carreras -largas o cortas- que ofrecen las instituciones tradicionales, con una gran cantidad de propuestas no formales, de instituciones educativas, organizaciones varias y empresas que, a veces, ofrecen contenidos más actualizados y vinculados a prácticas específicas. Así, hoy se asiste al mundo de los MOOCs (Massive Open Online Course), los NOOCs (nano cursos online masivos y abiertos), las píldoras formativas en formato digital o por videoconferencia, los repositorios de Objetos de Aprendizaje, las comunidades de práctica, y esto sigue…

 

 

Referencias

[1] Salomon, G., Perkins, D. N., & Globerson, T. (1991). Partners in cognition: Extending human intelligence with intelligent technologies. Educational researcher, 20(3), 2-9.

[2] Ferraro, R. A. (1999). La marcha de los locos: Entre las nuevas tareas, los nuevos empleos y las nuevas empresas. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires

[3] Rehem, C., & Briasco, I. (2013). Formación profesional y empleo. Metas educativas 2021. OEI Ediciones. [Recuperado de: http://www.oei.es/metas2021/LibroETP2.pdf]. Consultado el 16 de Mayo de 2017.